domingo, 31 de julio de 2011

¡Olé!

De niño, seguí bastante los toros. Mi abuelo era muy aficionado y solía ver con él las (muchas) corridas que televisaban, él me explicaba todos los detalles, misterios y entresijos de cada faena, me hablaba con pasión de los grandes mitos que disfrutó en su juventud (sobre todo su adorado Antonio Ordóñez) y me llevó varias veces a la plaza.
Según fui creciendo perdí el interés por la fiesta, dejé de prestar atención a las crónicas, reportajes... y hace (aproximadamente) diez años que no asisto a una corrida en directo.

Mi época de mayor afición coincidió con el par de veces que salí con una compañera del instituto cuyo padre era mozo de espadas en la cuadrilla de cierto torero local (de escasa fama más allá de los límites de la provincia)... aquella fue la primera vez que usé mis nociones taurinas para "seducir" a una chica, y como buen lance de novillero novato (yo tenía 15 añitos recién cumplidos) salí embestido, revolcado y magullado.

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En mayo de 1996 vi en televisión una de las mejores corridas que recuerdo, una Goyesca en Las Ventas donde Joselito despachó seis toros con sendas faenas a cada cual más memorable.
Caprichos del destino: el sábado noche siguiente al citado evento conocí en un bar a Isabel, una fan fatal de Joselito que no hacía más que hablar (con gran emoción, ante el sopor del resto de parroquia antitaurina) de la goyesca, de lo bien que lo hizo su torero, lo guapo que era, lo bien que le sentaban los trajes de época...


Como yo era el único de los presentes que sabía de lo que estaba hablando entablé conversación con ella.
Como supe seguirle el juego y compartir entusiasmo por aquella mítica tarde en las Ventas, acabé "gustándole" y al final de la noche nos liamos en su portal.

Los siguientes meses nos enrollarnos tres veces más, pero nada serio... ella estaba locamente enamorada de un morenazo que estudiaba fuera y que sólo venía a mi ciudad en puentes y vacaciones.
Obviamente en verano ella se centró en su objetivo prioritario pasando de mi bastante, pero con el final de las vacaciones Isabel me tendría reservada una jugosa sorpresa.

Una noche en un bar me confesó que su padre (un eminente médico) y ella tenían abono en la plaza de toros para la feria taurina local... me dijo que su padre no podía asistir a una de las tardes así que le gustaría que yo la acompañara, que me invitaba.
Acepté.

Aún conservo la entrada, eran de un abono de los buenos (Tendido 1, sombra, contrabarrera, fila 2), 8.800 pesetas del ala... cerca de nosotros estaban los dos alcaldes (el saliente y el entrante), algunos ilustres periodistas, escritores... y un actor que por aquel entonces arrasaba en televisión.


Toreaban Ortega Cano, José Tomás y el torero local de escasa fama nacional (no sé si todavía acompañado en la cuadrilla por el padre de mi primer "rollo taurino").

El más veterano de la terna se había casado el año anterior con Rocío Jurado y había anunciado que aquella sería la temporada de su retirada... estuvo bastante desganado y liquidó la tarde con el piloto automático.

Isabel y yo teníamos más ganas de ver al que estaba siendo la gran sensación del momento: el debutante José Tomás.
Era su primera temporada de Matador y estaba dando mucho que hablar... sin embargo a mi no acababa de convencerme, sobre todo por su estilo temerario. Las veces que lo había visto en TV siempre lo enganchaba el toro, se acercaba tanto que rara era la corrida que salía sin un percance. Para mucha gente aquello era genio y torería, pero a mi me ponía muy nervioso verle en ese plan kamikaze.

Sin embargo tras verle torear aquella tarde (en la que se llevó dos espectaculares volteretas) en directo acabé rindiéndome ante su estilo y entró en mi top 5 de preferidos.

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Como dije antes, he perdido mi afición y ya no sigo los toros... sin embargo el otro día sí estuve pendiente del regreso a los ruedos de mi admirado José Tomás, quince meses después de la brutal cornada que casi lo fulmina en una plaza mexicana.

Quince meses después...
... y yo tuve la suerte de verlo torear quince años antes.
Gracias Isabel, donde quiera que estés.


sábado, 16 de julio de 2011

De la Fanta... al "Trina"

RULETA RUSA: Ante fines de semana desiertos de planes, jugar a la "ruleta rusa" con el móvil supone redactar un sms agudo e insinuante (pero impersonal) proponiendo quedar... y enviarlo a varias chicas a la vez.

Vaya por delante que este sistema rara vez funciona, que si lo mandas a un mínimo de cinco chicas date por satisfecho si te contestan (y casi siempre poniendo excusas) dos... y no es porque sean unas maleducadas, simplemente que se ve a la legua lo que tramas y a ninguna le hace especial gracia que después de haber estado desaparecido una temporada asomes la cabeza así, a saco.
Pero como la ley de la oferta y de la demanda es impredecible y caprichosa, alguna que otra vez suena la flauta y recibes respuestas afirmativas... como la de Eva el otro día.


EVA: Me lié con ella por primera vez cierta extraña noche en la primavera de 2007. Al día siguiente ambos convinimos que había sido un error y que el garrafón del "Luxor" nos jugó una mala pasada... sin embargo el año siguiente nos reencontramos otra noche y se repitió la historia... unos meses después más de lo mismo... así que con estos antecedentes su número (papeleta) telefónico acabó siendo incluido de modo recurrente en las rondas (sorteos) de los citados mensajes disparados a bulto.


Eva era de las que nunca contestaban, estando sobria pasaba de mi olímpicamente... sin embago (para mi sorpresa) el otro día vio el mensaje y me llamó.
Me dijo que había venido una amiga suya de Huesca a pasar el fin de semana y que si me animaba a salir con las dos por ahí...

Desde el principio (por las cosas que me dijo) se notó descaradamente que el interés de Eva no era suyo personal, que más bien pretendía "colocarme" a la amiga...
A las nueve en la plaza.
Acepté.


EL EXTRAÑO CASO DE LA CHICA NATURAL DE HUESCA CON ACENTO GALLEGO: Isa, la amiga de Eva, no estaba del todo mal... muy morena, alta, ojos grandes y larga melena rizada.
Había venido el finde a mi ciudad para hacer un examen de oposiciones a nosequé tema penitenciario y se alojaba en casa de Eva.

Ya en el primer bar mis suposiciones acerca de una posible encerrona quedaron confirmadas: Eva no dejaba de cantar las alabanzas de su amiga, ponía en suerte temas de conversación que evidenciaban aficiones comunes entre Isa y yo, se ausentaba bastante al WC dejándonos a solas...
En una de esas ocasiones pregunté a Isa por su (fortísimo) acento gallego, si venía de familia, etc... a lo que me contestó que no era consciente de hablar con ese acento (¿?), y que ella había vivido toda la vida en Huesca salvo unos pocos meses (por cuestiones de trabajo) en Canarias.

Al tercer bar el alcohol empezó a hacer de las suyas, las conversaciones se volvieron más "picantes", me puse a coquetear descaradamente e Isa comenzó a soltarse, respondiendo favorablemente al tonteo... hubo un momento (cierta frase suya, un gesto) en que vi la cosa bastante bien encarrilada, pero de repente un factor inesperado vino a sembrar la duda y a liarlo todo... el factor "Eva".


LA PÓCIMA DE ASTERIX: Eva, siguiendo su costumbre de "no querer nada conmigo estando serena pero borracha la cosa cambia", se había mantenido toda la noche en un discreto segundo plano ejerciendo de eficaz "Celestina".
Sin embargo a la cuarta consumición dio un paso al frente y se unió a la pelea, tonteando conmigo y añadiendo un buen puñado de pimienta a los temas que se trataban... ya no representaba comercialmente a Isa, sus prioridades pasaron a ser (descaradamente) otras.


¿Qué podía hacer yo? Veía serias posibilidades con Isa y a la vez sabía que si Eva se metía en faena la cosa estaba "garantizada"... ¿debía decantarme por la (siempre sugerente) novedad o la (nunca desdeñable) seguridad?
Dadas las circunstancias consideré lo más sensato dejar (si realmente estaban interesadas) que ellas decidieran.

Me levanté a pedir otra ronda y desde la barra me fijé discretamente en ellas, discutían en la mesa... sin mal rollo pero era evidente que porfiaban.


ENVITE A CHICA: Con la esperanza de que se hubieran puesto de acuerdo regresé a la mesa con tres nuevas dósis de alta graduación... pero no, la batalla proseguía.
Eva comenzó a hablar de sexo. No sé si con la intención de hacer pasar a su amiga por mojigata, el caso es que confesó (entre otras cosas) no tener ningún problema con el sexo anal... Isa rechazó de plano esa práctica pero sacó pecho dándoselas de audaz en otras facetas erótico-festivas.
Yo asistía emocionado al debate, interviniendo lo mínimo en los envites que ambas se lanzaban.

Eva dijo que había asistido hace poco a unos talleres de "masajes terapeuticos" y que con las manos podía dar un placer inimaginable.
"¡A eso me apunto!", exclamé, Isa me secundó diciendo "¡Yo también!"... y Eva con tono picarón dijo que en casa tenía una camilla para los masajes, pero que para darlo correctamente el paciente debería desnudarse del todo.
Admití no tener ningún problema con eso, Isa no retrocedió y afirmó lo mismo... "pues cuando queráis", desafió Eva (sonriente) dando un trago a su Pampero&Cola.


Fue entonces cuando abandoné toda cautela y decidí dar un paso en el vacío... ¿sin red?


EL CONTRATO SOCIAL: Me levanté de la silla diciendo "bien, vamos a ir concretando"... fui a la barra y pedí a la camarera papel y boli.
Volví a sentarme y (sin rodeos) descubrí mis intenciones: "Redactemos un documento" -propuse sonriendo- "la primera frase la escribo yo si queréis, a partir de ahí que rule y vayamos añadiendo cosas a gusto del consumidor..."
Isa me miró confundida y recelosa, Eva celebró la idea.

Ni corto ni perezoso agarré el boli y puse: "Me comprometo a recibir un masaje en la camilla de casa de Eva"
Isa no acababa de verlo claro: "pero esto... ¿se supone que hay que cumplirlo?", protestó.
"Claro que sí -aclaré- al final de la hoja según lo que hayamos escrito todos, deberemos firmarlo y cumplirlo... si por un casual yo pusiera algo que tú no quieres hacer, en tu turno de escritura puedes incluir la cláusula que te exima de hacerlo... el caso es que al final todos estemos convencidos de poder cumplir lo firmado"

Eva me quitó el boli y añadió al final de mi frase: "completamente desnudo/a"
Turno de Isa... "estais como cabras", susurra... se lo piensa muy bien y finalmente escribe: "la masajista también deberá desnudarse"

Comencé a relamerme ante el panorama que poco a poco se iba describiendo, se acabó el esperar a ver cuál de ellas se venía conmigo, agarré todas mis fichas y las planté a la casilla del Tres... les jeux son faits.



SUBTÍTULOS PARA SORDOS: Las siguientes frases del manuscrito itinerante:
-Yo: "todo ello a la luz de unas velas"
-Eva: "con los aceites aromáticos"
-Isa: "y música jazz de fondo"
-Yo: "También me comprometo a devolver el masaje, aunque careciera de instrucción en la materia"
-Eva: "ya daría la experta las correspondientes indicaciones"
-Isa: "cuatro manos son mejor que dos"
-Yo: "y en caso de que el masaje sea DEMASIADO bueno..."
-Eva: "habrá que centrarse en las zonas afectadas..."

El papel llegó entonces a Isa y por primera vez asomó un auténtico malestar en su rostro, ni siquiera amagó con agarrar el boli: "¿pero habláis en serio? ¿de verdad estáis dispuestos a hacer esto? Como broma está bien pero yo no pienso firmarlo...", dijo.

"¿Cómo que no? No es para tanto...", intervino Eva tomando el papel y estampando su firma en la esquina inferior derecha.
"Cierto" -añadí- "a nadie le amarga un dulce"... y planté mi rúbrica junto a la de Eva.

Isa cruzó los brazos y se echó atrás en la silla, su enfado era auténtico: "pues yo no pienso desnudarme delante de nadie, que quede claro..."

Eva y yo nos miramos, con un gesto de "qué se le va a hacer" la masajista frustrada agarró el brazo de Isa diciendo "tranqui tía, que era una broma... ¿no lo ves?"
Pero la chica de Huesca no cambiaba el gesto... un par de minutos después decidí ir al WC dejándolas solas para que aclarasen cualquier malentendido, por falso que este fuera.

Por desgracia acabaron cumpliéndose mis peores presagios.
Isa permaneció tensa, indignada y a la defensiva el resto del tiempo que nos quedamos en aquel bar acabando las copas... y a Eva, por momentos, se le iba pasando el pedo (y su consiguiente euforia sexual).

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A la salida del garito la situación continuó enrarecida (frialdad por parte de Eva, Isa repondiendo con monosílabos) y aunque propuse varios bares a los que ir para seguir de fiesta no hubo manera de remontar aquel vuelo.
Cuatro calles más abajo Isa dijo (con acento de Pontevedra) que prefería ir a casa, que estaba cansada... nos despedimos sin excesivos miramientos, ellas en una dirección y yo en la contraria.




EPÍLOGO: Camino de casa recordé un detalle. Fue justo después del ataque moralista de Isa, tras plantarse enfurruñada negándose a escribir (o cumplir) una sola línea más... entonces Eva dobló cuidadosamente "el documento" (en vez de romperlo) y lo guardó en su bolso.

Tiempo después envié a Eva un mensaje (este ya personalizado) recordándole la existencia de cierto contrato masajístico firmado por ambos, interesándome por si tenía intención de cumplirlo...
Fiel a su proverbial indiferencia, obtuve la callada por respuesta.
Nos veremos en los Tribunales.


miércoles, 13 de julio de 2011

La Máquina del Tiempo / Primer Aniversario

La informática nunca se me ha dado especialmente bien.
Me las apaño para usar el ordenador en sus tareas más básicas, sin embargo todo lo que suponga "ir más allá" de lo que salta a la vista... me confunde y abruma.

El cacharro desde el que suelo escribir estos textos ha estado unos días indispuesto, infectado por algo que lo ralentizaba de manera desesperante... aún así (desde mi desconocimiento técnico) empecé a investigar entre sus opciones, herramientas y aplicaciones para acabar encontrando algo que me ha parecido absolutamente maravilloso.
Un prodigio informático llamado: "Restaurar el equipo a un punto anterior en el tiempo".

Tal cual. La irresistible posibilidad de recordar el día (y momento exacto) en que todo funcionaba bien en tu ordenador... y poder regresar a ese punto anterior a los cambios que lo fastidiaron, deshaciendo lo hecho como si nada malo hubiera sucedido.

Un mecanismo similar en la vida real supondría ver cumplido uno de los sueños más recurrentes del ser humano para su vida cotidiana. La impunidad imposible...


Alguien como yo, tan propenso a meter la pata, de haber dispuesto de ese "comodín" no quiero imaginar el número de veces que lo habría usado... ¡el botón estaría desgastado!
Y probablemente este blog no existiría...

Y es que el haber seguido mi camino de manera tan torpe, atolondrada, personal e irreversible... a la postre ha supuesto una fuente inagotable de experiencias para este Blogafantas, que hoy cumple (para mi sorpresa) un año de existencia.

Gracias por dedicar parte de vuestro precioso tiempo a leer lo que aquí se publica, o a compartir vuestras opiniones en tantos comentarios registrados... hace apenas un año todo esto era impensable.


domingo, 3 de julio de 2011

Evasión... sin victoria

Ayer tuve la cita más soporífera que recuerdo en mucho tiempo.
Para empezar ella acudió (sin previo aviso) acompañada de su sobrinita de tres años de edad... la tía (veintitrés años mayor) empezó sentándose a mi lado pero como la niña no paraba de montar follón se fue a la silla donde se encontraba la criatura y ahí se quedó, plantada frente a mi, con la sobrina en su regazo...

Con la mesa de por medio, a falta de poder intentar hacer el pulpillo comenzamos a charlar... pero el simulacro de conversación era interrumpido a cada poco por algun nuevo gesto, respingo, berrido, ocurrencia o patada a la mesa de la niña... era tal la confusión que yo ya no sabía si cuando mandaba callar o estarse quieto, la cosa iba por mí...

Me contó la apasionante historia del origen de la niña, de cómo su hermana se lio con un pavo en Port Aventura quedando embarazada... el "si te he visto no me acuerdo" del padre, un marroquí desaprensivo...
...aparte de eso lo más interesante que me dijo fue que aquella estaba siendo su primera cita en casi tres años (ejem) y que para finales de verano pensaba tatuarse una media luna en la espalda.


Fue tal el grado de abstracción que alcancé, de evasión... que (a pesar de mirarla fijamente y asentir a sus palabras) al arrullo de la brisa del aire acondicionado mi mente huyó en compañía de la fantástica selección musical que obsequió el bar:
MUSE: Supermassive Black Hole
KILLERS: Somebody Told me
SUEDE: Trash
SMASHING PUMPKINS: The end is the beginning is the end
MUSE: Knights of Cydonia
OASIS: Don't Look Back in anger
IGGY POP: The Passenger
KILLERS: Mr. Brightside
STROKES: I can't win
THE HIVES: Tick Tick Boom
SMASHING PUMPKINS: Disarm
MUSE: The Resistance

El hecho de que recuerde todas y cada una de las canciones habla por sí solo.
Eso sí, a la salida del bar las acompañé hasta la entrada del parking donde ella había dejado el coche y al despedirnos le planté un beso en los morros.

Ella no se lo esperaba ni de coña (ni yo lo había planeado, me salió así), se quedó boquiabierta y yo me fui caminando a casa, decepcionado pero canturreando sonriente la cuarta de las canciones del listado...