jueves, 31 de mayo de 2012

"EL PERFUME" -Plaisir à trois-

El calor aprieta y estoy sólo en casa. Decido ponerme manos a la obra para aprovechar la situación así que llamo a C. (un valor sexual casi seguro) por si quiere venir esta noche a cenar, ver una peli, etc.

Me contesta haciendo alguna broma del estilo "ay, a saber lo que tienes en mente, no sé yo si debo ir..." pero finalmente acepta. Llegará alrededor de las ocho.

Antes de prepararme la comida me conecto y coincido con B., es alguien que conocí online y con quien llevo un par de semanas tonteando e intentando quedar.
Me dice que tiene un hueco hoy a media tarde así que podríamos vernos y así tomar "ese café del que llevamos tiempo hablando, conocernos y ver qué tal..."

Antes de contestar dedico un minuto a valorar las posibilidades, sobre todo las relativas a cómo actuar en caso de que la cita salga bien... por no hablar de mi escaso márgen de maniobra teniendo en cuenta que a las ocho recibo a C.
Propongo a B. quedar a las seis de la tarde, en un bar muy cercano a mi casa... cruzo los dedos y funciona: ella acepta.

-    -    -    -    -    -    -    -    -    -    -    -    -    -    -

Vuelvo a conectarme después de haber comido, fregado y recogido la cocina... a las tres y pico estoy a punto de apagar el ordenador para echarme un rato pero A. asoma en el messenger y me saluda con muchos iconos sonrientes.

Hace demasiado que no nos vemos, ella siempre está en su pueblo y es muy difícil quedar con ella... pero tras leer una de sus primeras frases se ve que hoy es mi día de suerte: "oye Rific, que voy a ir de compras esta tarde por allí y pasaré cerca de tu casa, por si te animas a bajar y tomar una cañita... así nos ponemos al día que hace mucho que no nos vemos"

"Hace mucho que no nos vemos", dice... pues sí, seis meses exactamente... una invernal noche de domingo que tomamos unas copas y acabamos despidiéndonos cerca del portal de la casa de sus padres, morreándonos a lo bestia y metiéndonos mano hasta que ella decidió ponerle fin al asunto, escabulléndose entre risas hacia el maldito portón.


"Mmm, pues sí que me gustaría tomar esa cañita -contesto- pero tendría que ser dentro de un rato, a primera hora de la tarde porque luego ando bastante liado..."
Me dice que no le importa, que cambia el orden de sus planes sin problema, primero la caña conmigo y después las compras... alrededor de las cuatro de la tarde cuando ella llegue a la plaza de mi casa me hará una perdida y yo bajaré a su encuentro.

Renuncio a mi siesta y voy directo a la ducha.

-    -    -    -    -    -    -    -    -    -    -    -    -    -    -

MIRALA CARA A CARA QUE ES LA PRIMERA:

A las 16:07 me da el toque y bajo. Dos besos y nos metemos en el primer bar que vemos abierto. Nos ponen dos cañas y un platillo de cacahuetes que ninguno de los dos toca. Creo haber acertado con el bar, es un rincón agradable y climatizado.

Dejo que transcurran los primeros quince minutos de la cita escuchando todas sus novedades... la verdad es que A. adora oir el sonido de su propia voz. mientras tanto yo disimulo a la perfección mi absoluta falta de interés por su nuevo trabajo, coche y cotilleos de amigas suyas que no conozco.   

A continuación hago un resúmen no superior a dos minutos (y absolutamente censurado) de mis últimas noticias personales, miro el reloj y no tardo demasiado en ir al grano... saco el tema de la última vez que nos vimos, como fingiendo no estar seguro de cuándo y cómo sucedió... ella se ríe y asegura acordarse demasiado bien... pregunto si ahora mismo sale con alguien y me dice que no, yo contesto exáctamente lo mismo...

"¿Tan horrible fue nuestra última cita?", pregunto... ella dice que estuvo bien pero que la pillé en mal momento... agarro su mano y le digo que no me gustaría tener que esperar otros seis meses para besarla, ella sonríe y yo interpreto su gesto de manera optimista: me acerco a ella como si en vez de medio año tan sólo hubieran transcurrido cinco minutos desde nuestro último beso... y ataco.



Poco después le susurro al oído que tengo la casa sola hasta las 17:30 aproximadamente, que podríamos subir y tomar un heladito, etc...
Todas las pegas y excusas que recibí en invierno se transforman en una especie de alfombra roja voladora extendida directamente hacia mi habitación, hasta mi cama...

Follamos un par de veces, compartimos uno de sus cigarrillos con sabor de vainilla y después saco un par de Cornettos del congelador que devoramos ahí mismo sobre la cama.
Observo disimuladamente el radiodespertador de la mesita de noche, son las 17:23... recuerdo (miento) a A. que mi familia no tardará en volver así que comenzamos a vestirnos.

"La próxima vez que bajes del pueblo para ir de compras no olvides avisarme", digo a modo de despedida mientras ella sale por la puerta principal.
"Ya veremos -responde con gesto confuso, antes de subir al ascensor- hoy desde luego no tenía yo en mente que la cosa acabara así..."

Miro nuevamente el reloj: las 17:36.
Cambio las sábanas, me meto en la ducha, me pongo otra ropa... agarro cartera, móvil, llaves y con el tiempo justo salgo disparado para conocer a B.  

-    -    -    -    -    -    -    -    -    -    -    -    -    -    -

SEGUNDA MANO:

Sólo había visto una foto de B. a través de la ventanita del messenger (de esas pequeñas y poco clarificadoras), nunca quiso mostrar más y la verdad es que no recuerdo el resto de detalles que me hizo al describirse... por suerte sólo hay una chica junto a la estatua con lo que debe tratarse de ella.

La primera impresión, sin ser mala, no es del todo buena. ¿Me dijo que era tan bajita? ¿Cuántos años dijo que tenía?
Hay algo que no me cuadra del todo pero bueno, yo no soy precisamente Brad Pitt con lo que jamás procuro ser intransigente ante esas cuestiones.

Dos besos, entramos en un bar que me gusta bastante, café con leche para ella y sólo para mi, ambos con hielo... y nos ponen otro platito, esta vez de gominolas, que poco a poco voy zampando sin poder evitar que se note demasiado lo mucho que me gustan.

La cita transcurre de manera correcta, yo intento resultar agradable y ella también pone de su parte... reimos más de lo que hubiera imaginado tras el primer contacto junto a la estatua.



Me habla de su trabajo, hoy está de noche así que por eso me ha propuesto quedar para un café... dentro de poco será la fiesta de San Juan y me pregunta si tengo planes, "molaría ir a la hoguera", desliza mientras apura su café.
"Sí que molaría", contesto... mirando discretamente mi reloj de pulsera, no tengo demasiado tiempo así que no espero a que haga o diga algo que me dé pie... comienza el ataque suicida.

Le digo que me alegro de haberla conocido por fin, que tenía muchas ganas, que cuesta un montón encontrar a gente verdaderamente interesante por Internet... pongo mi mano en su rodilla y le suelto algún piropo tonto pero creíble, subo poco a poco la mano y agarrandola del brazo tiro suavemente de ella mientras me acerco para besarla.
Me lo devuelve y nos enrollamos durante un par de minutos.

Cuando estoy a punto de proponerle ir a otro sitio ella mira nerviosa su reloj... "Jooo, lo sientoooo pero me voy a tener que ir ya -comenta con fastidio- entro en el curro dentro de nada y aún tengo que ir a casa a ayudar a mi madre, bla bla bla..."

Salimos del bar, la acompaño hasta el final de la calle, ella mira a alrededor con gesto receloso antes de acercarse y meterme nuevamente la lengua en la boca... "ya me contarás si al final te animas para la noche de San Juan, ¿vale?", concluye.

Nos despedimos y regreso a casa con tiempo de sobra antes de la visita de C.

Saco una pizza del congelador, adecento el salón, compruebo que no hay restos en mi cuarto de la anterior visita de A... y de repente noto mi cuello, manos y ropa impregnados de cierto extraño aroma.
"No puede ser", sonrío mientras olisqueo mi camiseta... y es que ya decía yo que me resultaba familiar: A. y B. llevaban el mismo perfume.

-    -    -    -    -    -    -    -    -    -    -    -    -    -    -

DAÑOS A TERCEROS:

Me meto en la ducha por tercera vez en menos de cuatro horas, recupero mi propio olor corporal, me pongo otra camiseta y abro la puerta a C.

Meto la pizza en el horno, nos echamos en el sofá, empezamos a juguetear... le comento posibles pelis para ver y ella escoge la comedia de Jack Nicholson.
Saco la pizza y la llevo al salón, abro una botella de espumoso italiano marca blanca, pulso play en el mando del DVD y cenamos viendo el comienzo de la peli.

Tras los postres (mi segundo Cornetto del día), no tardamos en dejar de prestar atención a las aventuras de Jack... ella se me sube encima, desabotona mi pantalón y me quita la camiseta... desabrocho su sujetador y pulso el botón rojo del mando de la tele.



Acabamos de desnudarnos del todo y sin más tardanza nos ponemos a hacerlo ahí mismo, en el sofá... ella sigue sentada sobre mí y no tarda en pillar el punto exacto para entrar... durante la faena empiezo a acariciarle las tetas y hundo la cara entre ellas... "no puede ser -pienso, de repente- esto no puede estar pasando..."

Terminamos y ella se deja caer encima de mi. Cinco minutos después voy por una botella de agua fría y mientras lleno dos vasos pienso en que mi sentido del olfato (o quizás mi cerebro) seguramente me habrá jugado una mala pasada, "no puede ser que las tres chicas usen el mismo perfume", me repito una y otra vez...
Ofrezco a C. uno de los vasos y me siento a su lado, el aroma se ha mezclado con sudor pero sigue siendo intenso... mientras bebe me acerco en plan travieso para olisquear su cuello y mis sospechas lejos de desvanecerse se confirman.

"Oye -pregunto, rellenando su vaso con más agua- ese perfume que llevas... ¿cómo se llama?"
"¿Y eso? Te gusta eh... -contesta- ¡a mi me encanta! Se llama "Plaisir"..."
"Pues no sé... -respondo- a mi no acaba de convencerme... Creo que deberías usar otro, ese tiene pinta de ser demasiado común..."


jueves, 10 de mayo de 2012

FOTOSÍNTESIS

INTRO:
-Ahora que empieza a calentar medio en serio y que la Primavera (por fin) hace honor a su nombre dejando de parecer una especie de "otoño histamínico"... me da por recordar que no hace demasiado, cierta semana del pasado marzo, las temperaturas subieron inesperadamente y aproveché para tener una delirante cita al aire libre con Luisa-

-     -     -     -     -     -     -     -     -     -     -     -     -     -     -

Ella vive en las afueras, al lado de un frondoso parque que se eleva a lo largo de una pequeña colina. Hace tan bueno que en vez de ir a un bar propongo (con aviesas intenciones) dar un paseo por la zona...

Subimos riendo y charlando toda la cuesta (sin aparente esfuerzo) hasta alcanzar lo alto de la loma, una vez allí nos sentamos sobre un par de rocas apartadas, observando una impresionante vista panórámica de la ciudad.

"Uff, estoy sudando", dice, abanicándose con la mano... yo me acerco y la beso, ella me lo devuelve voluntariosa así que no tardo en meter la mano dentro del escote de su camiseta... y sí, no mentía acerca del sudor: tiene las tetas empapadas.

-     -     -     -     -     -     -     -     -     -     -     -     -     -     -

Las rocas que nos hacen la vez de improvisado banco no están tan resguardadas como parece, al lado hay un caminito de tierra y a lo lejos se divisa un hombre (cada vez más cerca) que lo recorre haciendo footing.

Nos vamos de allí, avanzando entre los árboles... Luisa mira inquieta al suelo y alrededores mientras yo canturreo "vamos por el bosque, se han reunido los coyotes, vamos por el bosque, es un gran secreto a voces..."


Nos apoyamos en un tronco y retomamos el magreo, me meto su pecho izquierdo en la boca y ella me baja la bragueta agarrando su interior.

De repente una liebre decide unirse a la fiesta brincando de su madriguera (ubicada junto al árbol), dando a Luisa un susto de muerte.
"¡Vámonos de aquí!", ordena de manera nerviosa, mientras se coloca la camiseta...

-     -     -     -     -     -     -     -     -     -     -     -     -     -     -

Abandonamos la zona residencial de liebres, conejos y demás roedores campestres. Regresamos a la cumbre de la loma y nos ponemos en la esquina más apartada... pero no es del agrado de Luisa: "hay un coche aparcado ahí detrás", protesta.

Caminamos hasta perder de vista el vehículo, vuelvo a aflojarme el cinturón y ella mete la mano dentro de mi vaquero... me la sacude con destreza, cada vez más rápido... hasta que a nuestra espalda irrumpe (de improviso) un jadeante ciclista coronando la cima de su particular meta volante.
Luisa da un respingo, se aparta y nos da la espalda a "los tres".

-     -     -     -     -     -     -     -     -     -     -     -     -     -     -

Laurent Jalabert desaparece levantando tras de sí una ligera polvareda.
Ella se sienta junto a unos matorrales y me tira de la mano para que baje poniendome sobre ella a horcajadas... nuevamente me baja la bragueta, me arrimo a su pecho pero ella se limita a acariciármela con suavidad, mirándome... "por si lo estás pensando, yo no la chupo -comenta- sólo lo hago si tengo mucha confianza con mi pareja... y aún así no me gusta nada, me da un poquito de asco".


Ante semejante frase no puedo evitar despistarme, pierdo sintonía con los alrededores y no veo venir a la pareja de paseantes (un jóven matrimonio con sendos chandals a juego) que se acercan a nuestro matojo... con sus entradas en la mano para asistir en primera fila a nuestro particular "documental de La2".

Nos descubren, él abre la boca asombrado, ella se tapa la cara con la mano, yo agacho la cabeza mientras me la guardo, aceleran el paso, murmuran... el rostro de Luisa enrojece y mi erección pasa a mejor vida.

-     -     -     -     -     -     -     -     -     -     -     -     -     -     -

Superada la vergüenza inicial, decidimos no insistir y recoger el campamento.
Descendemos la loma, primero en silencio pero sin tardar demasiado en reirnos de todo lo sucedido atrás en las alturas...

"Este parque al que me has traido es... -digo, aparentando solemnidad- de entre todos los lugares apartados que jamás he visitado, sin duda el más concurrido..."

"¡Ya te digo! -contesta Luisa- No sé qué narices viene a hacer tanta gente un martes por la tarde... ¡que alguien me lo explique!"
"Mmm, no sé... -reflexiono en voz alta- ¿la fotosíntesis?"