domingo, 31 de enero de 2016

"Propósitos de año nuevo"

La conocí un mes de junio y ese mismo día acabamos en la cama. Volví a ir a su casa cinco veces más antes de que concluyese el año, en todas las ocasiones fueron ratos breves: charla mínima en el sofá (ni una cerveza, ni un vaso de agua) y a la cama.

De salir por ahi juntos a tomar algo, pasear o al cine... ni hablar. Culpa mía, lo admito, su forma de ser (era de esas personas que constantemente buscan conflicto hasta en la charla más inocente) me agotaba... y su compañía ni me interesaba ni aportaba nada más allá del desahogo sexual.

Un viernes de octubre intercambiamos mensajes por la mañana sobre la posibilidad de vernos esa misma noche y ella parecía estar de acuerdo: "avisame cuando salgas de trabajar", dijo.
Nada más salir, antes de pillar el autobus, le mandé un mensaje preguntando si le iba bien que fuera o no... no obtuve respuesta.
No me bajé en la parada próxima a su casa y seguí ruta hacia la mía.

Subiendo en mi ascensor me contestó, preguntando qué hacía. "Entrando en mi casa ya, ¿tú?", respondí.
"Ooooohhh... ¿no vienes entonces?", soltó.
"Te escribí nada más salir del trabajo, no obtuve respuesta así que supuse que estarías ocupada o te iba mal, me he venido a casa"
"Que sepas que no has venido porque no te ha dado la gana", sentenció.


¿Cómo? ¿Estamos ante alguna especie de penoso Juego Mental?
"¿Ah sí? Explícate por favor", intervine.
"Pues eso, que no has venido porque no te ha dado la gana... podrías haberme llamado", añadió.

Efectivamente, se trataba de una retorcida treta, una prueba a la que me vi sometido para calibrar mi interés... se ve que un mensaje sugiere un bajo compromiso con la causa mientras que con una llamada (o dos, si ella rehusase contestar la primera vez) quedaría demostrada la devoción necesaria para ser debidamente recibido en la Cúpula del Placer.

Pensé en decirle que de qué coño iba, que yo no llamé pero al menos moví ficha mientras que ella se limitó a esperar simplemente para... ¿ver hasta dónde yo sería capaz de insistir para meterme en su cama?

Tomé aire, conté hasta diez... y opté por no darle el gusto de justificarme lo más mínimo por "no llamar", aparte de evitar enzarzarme en un diálogo para besugos.
"Ahm. Bueno, voy a cenar!!!", contesté.

Silencio.

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Acerté. Aquella noche se ve que le salió el tiro por la culata y se quedó sin una esperada "discusión".
De hecho un par de viernes después en cuanto puse un pie fuera del trabajo fue ella quien me llamó para ir a su casa.
Fui, volvimos a tener una charla absolutamente anodina en su sofá, no me dio ni agua (a pesar de pedírselo), echamos un polvo en su cama y me largué al poco de terminar.

Insistió en que me quedase a dormir pero le dije que si no me daba ni un triste vaso de agua era mejor que me largase, con la garganta seca mis ronquidos se le harían insoportables.

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Nuestro intercambio de mensajes (que ya era mínimo de por sí) se redujo en las semanas siguientes hasta llegar a ser prácticamente inexistente.

Mes y medio después, con motivo del año nuevo, recibí el siguiente whatsapp:
"Hola.
Después de dar muchas vueltas a si decírtelo o no
Al final he decidido que sí
Me apetece hacer contigo algo más q un polvo cuando a ti te viene bien
Supongo q no debería decirtelo x aquí
Pero dado que es nuestra forma de comunicación pues aquí lo suelto"

Mi respuesta:
"Ok!
Gracias por la sinceridad"